
Un día cuando terminamos los examenes decidimos ir a la playa. Fuimos a Punta Umbría, estaba deseando llegar, mis compañeros si conocían el mar, mi padre también, la única era yo. Cuando íbamos llegando me pusieron una cinta en los ojos y cuando me la quitaron, no se lo que sentí, la verdad es que lo había visto en la tele y en el cine, pero voy a ver si soy capaz de describir lo que sentí.
La primera sensación fue de miedo, era inmenso, una ola de ese tamaño te podía devorar, luego fui sintiendo paz, tranquilidad, admiración. Mis compañeras se fueron a bañar, yo me senté en la arena y me puse a pensar. Me lamentaba de no tener la facilidad que tienen los escritores y poetas de poder expresar sus sensaciones y pensamientos en un trozo de papel. Pero bueno todo se acaba y tuve que volver a la realidad, llegaron mis compañeras y mi padre ya que nos teníamos que marchar para Huelva. Para mi fue un día extraordinario.
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